miércoles, 27 de abril de 2011

Patria



Ya me quedan poco días y con un dejo de nostalgia voy aplanando calles; hoy y después de una acalorada caminata hasta China Town, lugar que congrega a miles de turistas y que a través de ellos visten de fashion un mundo oriental dentro Norteamérica, logras introducirte superficialmente en esta cultura, que de a poco se va occidentalizando a través de los souvenir que venden a la mitad del precio de mercado, poleras, tazones, imanes, stickers, pañuelos, gorros, paraguas; todo lo imaginable con el tradicional logo que el Norteamericano Milton Glaser diseñó en 1976, con esa frase que le robó de la boca a todos los que alguna vez hemos pisado esta ciudad “I Love NY”, mezclado con pequeñas Ladies Liberty y gatos chinos de la suerte, dragones e instrumentos musicales propios de su cultura oriental, que sin éxito piden a gritos ser llevados por la enorme cantidad de turistas que saquean cada tienda en busca de su polera soñada. Debe ser el precio de mantener un negocio y de tener que vivir de él, adaptarse a las exigencias del consumidor en un mundo donde el libre mercado satisfase todas las necesidades temporales que podemos inventarnos. Eso sólo en la parte comercial, por que como todo barrio, este también tiene periferia, que es lejos la parte mas China del Town, donde solo caminan orientales, donde las lenguas no se mezclan, por que sólo escuchas Chino y donde todo parece andar a otro ritmo, con otros olores y costumbres.
Ahí, entre medio de ese mundo oriental se encuentra extrañamente el “Eldridge Street Synagogue Museum” Un espacio reflexivo que se ha transformado a lo largo de los años en un espacio de encuentro para los miles de inmigrantes Judíos acentados en USA.
Este precioso templo, que lleno de detalles y hermosos vitrales, mantiene viva la cultura judía, demostrando a través de distintos dispositivos educativos como han mantenido sus tradiciones y su Fe a lo largo de los años, en un universo donde es tan fácil corromper o perder la propia cultura, en un mundo en el cual, por mas que vivan 20 o 100 años serán siempre extranjeros, demostrando que con un trabajo constante e íntegro, se puede hacer patria lejos de la tierra.

2 comentarios:

  1. lugares que no se pueden dejar de conocer mientras se turistea.

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  2. Claaaroo!!! Yo creo que cuando uno viaja no debe parar y a los rincones es donde hay que ir, donde esta la cultura, la vida intima, donde se cuentan los secretos que no puedes ver en el centro!

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