jueves, 14 de abril de 2011

... So NY

Algo de lo que me he dado cuenta estando en NY es que a esta ciudad le brota cultura en cada uno de sus poros, en cada esquina y en cada situación a la que te enfrentes. Y lo mejor de todo es que no existe una sola forma de vivir y de experimetar el arte, hay tantas maneras como personas, personalidades, formas de enfocarlo y vivirlo existan.
Mientras afuera el viento correo frío y a gran velocidad ,adentro de NYFA Gallery un grupo de mujeres organizan un té, al mas puro estilo años 50, “A Faminist Tea Party”, para hablar de feminismo en relación a diversos temas, hoy música. Jóvenes artistas organizan hace años estas experiencias, rememorando los té de antaño para hablar de temas contingentes, envueltas en trajes de época y en un escenario digno de sus vestiduras; convocan libremente a participar de confortables tertulias, amenizadas con deliciosos tés y diversos acompañamientos dulces que rememoren desde un lugar contemporáneo, lo que antiguamente fueron escenarios sólo para hablar de  maridos, hijos y familias; situando a la mujer en el espacio que le corresponde, opinante, con ideas, ideologías y pensamientos autónomos.
Por otro lado y ya entrada la noche un grupo amante de la literatura lleva a cabo al interior de “The Bowery Poetry Club” un “Poetry Slam”, donde, como en toda competencia, gana el mejor. Escenario, micrófono, luces, música incidental, animador y el respetable público que oficia como jurado. Un grupo de creadores literarios se enfrentan en un Slam alucinante. Sólo cuentan las palabras, las historias y lo que cada uno tenga que decir, de la forma que tenga para contarlo. Previa introducción del anfitrión, uno a uno los poetas van subiendo al escenario, un público enardecido participa de cada una de las presentaciones, generando diálogo, empatía, y en mi caso personal admiración, por cada uno de los valientes artistas y por la experiencia que semana a semana repiten manteniendo activo su mundo individual y colectivo.
Ambas experiencias “performáticas” representan hasta hoy lo que para mí es NY, cultura e inclusión.


http://caitlinrueter.com/01/events/a-feminist-tea-party-at-the-nyfa-gallery/

martes, 12 de abril de 2011

Independent Movement


Revisando el Gallery Guide y dándome cuenta de la cantidad gigantezca de espacios de exhibición comercial que hay en esta ciudad, comencé a hacerme una serie de preguntas relacionadas a los circuitos de difusión y comercialización del arte ¿Habrán tantos artistas para tantas salas? ¿Será el único modo de distribuición y difusión del arte local? ¿Habrán aún mas espacios? ¿Cómo los jóvenes logran moverse entre una masa tan grande y aparentemente competitiva? En la medida que le daba vueltas al asunto comenzaban nuevos cuestionamientos, los que de a poco he comenzado a resolver.
Visitando nuevamente Brooklyn y unas cuantas galerías pude comenzar a responder algunas de esas preguntas, como que si hay mas espacios de que los que aparecen en el Gallery Guide, que hay circuitos paralelos de arte jóven, emergente, organizados, activos y que logran movilizar no solo a los artistas, si no que también a la comunidad, y no son uno o dos destinados a morir, hay muchos o al menos suficientes como para generar un circuito.
Conocer espacios como Regina Rex, English Kills, Storefront, Microscope Gallery y Yashar Gallery me ayuda a ver un poco el escenario alternativo, artistas que están moviendo sus trabajos en sus propios circuitos, artistas -gestores que trabajan para poder mostrar su obra y la de sus pares, espacios auto gestionados, cercanos a los talleres, donde el diálogo fluye rápidamente.
Esto de alguna manera es lo que se repite entre las generaciones jóvenes en todo el mundo. Acá cambia el contexto, algunas veces el idioma, pero observo que es un escenario común, universal. Gestores como Laura Braslow, que trabaja llevando el arte y la experiencia del arte a la comunidad, al barrio, generando festivales y encuentros con los que logran convocar a cientos de personas, no sólo artistas, también vecinos creativos, con buenas ideas que se quieran dar el tiempo para crear. Artistas que abren y cierran salas para poder mostrar su trabajo, personas que trabajan sin fin de lucro.
Creo que el tema tiene mas que ver con una cuestión de actitud que de posibilidades, de cultura general con respecto a las artes visuales, dramáticas y literarias. Desde mi perspectiva no todos los espacios que visité tenían buena obra, pero si todos son buenos espacios, movidos, jugados, sensibles a los movimientos culturales, activos y abiertos al diálogo y al desarrollo. Acá la comunidad en general sí tiene que ver y es tal vez una de las grandes diferencias con Chile, por que el arte es parte del día a día, por su puesto que ésta es “La” Industria del Arte, donde NY figura como la distribuidora oficial, pero más allá de eso también tiene que ver con la forma de vivir, con perderle el miedo a la cultura, a las nuevas expresiones, a los nuevos espacios. Es esa actitud que acá sobra y que a nosotros nos falta.

domingo, 10 de abril de 2011

MoMa


Después de ir a MoMa y sumergirme en mi primera experiencia museal, tengo una sensación de apetito voraz. Todo comienza antes de llegar a la obra, con el imponente espacio capaz de recibir a una enorme cantidad de gente. Realmente era como una inagotable máquina productora de todo tipo de seres humanos que transitaban sin descanso por cada una de las salas. Y aunque visitar un museo entre tanta gente puede no ser el mejor escenario, disfruté viendo la importante convocatoria que generan los espacios formales de exhibición. Ver que están activos transversalemente, desde el público hasta el Museo.
El panorama cambia cuando comienzas a recorrer las salas y cada espacio te transporta a un íntimo encuentro con la obra. Cuando logras silenciar a la masa y te introduces en un mundo tan personal, en el cual, por más personas que hayan, no intervienen en tu visita. Solo es uno y la obra, ese objeto idealizado.
Es que, estar frente a un referente histórico, al que hasta ahora no haz podido dimensionar su tamaño real, su textura y su fuerza, es seguramente una de las sensaciones más indefinibles con las que me he enfrentado. Es un juego constante con la emocionalidad, la integridad mental y con los años de un vulnerable acopio de información e imágenes, versus la realidad que nunca más saldrá de la cabeza. Estar frente a la poderosa obra de Pollock, viendo cada trazo y proceso cronológico en su desarrollo, el silencio maravilloso de Rothko, que me hacía volver para asegurarme de que eso era real, la inagotable imaginación de Picasso, su destreza y sus delirantes Demoiselles d’Avignon, gigantes y dramáticas, Cézanne, que cuando chica lo veía en un libro de no mas de 20X20, Man Ray sutil y delicado, tan distante como lo intuía, Wesselmann e Irving Penn en una alucinante Sala solo dedicada a la cocina, los utensilios y artefactos producían la mejor de las escenas domésticas y las obras me hacen reabrir las páginas de mis libros favoritos de Arte Contemporáneo y sentir que ese instante no era un sueño, Dalí y ese surrealismo que no me gusta pero que me emocionó, es que no es solo el trazo o la forma, es lo que ahí hay y que a través de reproducciones nunca había podido admirar, la bandera de Jasper Johns, maravillosa, fuerte, recorrí cada línea y cada estrella intentando empaparme de ella. Un piso entero dedicado a la fotografía, Cindy Sherman Rineke Dijkstra, Barbara  Kruger, Helen Levitt, Robert Frank y tantos otros, que es como un baño inagotable de emociones. Por su puesto Warhol, Linschenstein, Lauri Anderson Klee, Monet, Modigliani y un sin fin de nombres y obras que completan los 6 pisos de un Museo gigantesco. Entre ellos el único representante de Chile en el mundo Roberto Matta y dos obras que te hacen sentir orgulloso y un deseo gigantezco por incorporar a otros.
Poder ver en vivo piezas que son un referente histórico permite crecer y comprender el arte desde el inicio de la obra, comprender el proceso creativo del artista, abrir un área de exploración, comenzar un nuevo e inagotable proceso de ver más, para aprender más. Es abrirle el apetito al conocimiento de la historia, de las materialidades, de cada pigmento, de cada objeto que participa en la construcción de la obra y de los espacios.