domingo, 24 de abril de 2011

Chelsea.

Los circuitos comerciales de exhibición y difusión de arte suelen ser mirados con un poco de desconfianza y discriminación por los alternativos, jóvenes o under ground, sin duda hay muchos motivos para hacerlo, por que evidencian, poniendo a la luz lo mejor y lo peor del mundo del arte, es un mundo lleno de contradicciones, un poco intangible para el artista y alejado de su realidad, es extraño que dos universos que se necesitan tanto les cueste llegar a un equilibrio sano de subsistencia mutua. Pero acá, aunque ese desequilibrio se ve, no sobre sale. La existencia activa de circutos alternativos que intentan vivir también comercialmente hace que los artistas puedan estar mas tranquilos, sin necesidad de cruzar barreras, aunque ambos mundos deberían cruzar esa línea imaginaria y trabajar juntos, creo que es ahí donde el público, los artistas y curadores pueden encontrar el verdadero beneficio ¿Será posible hacerlo?
Recorriendo las galerias de Chelsea me pasaron cosas muy contradictorias, entré a espacios increibles, con muy buena obra y dentro del concepto “paseo por Chelsea” bastante sencillos, entonces, la obra hacía el trabajo, generando una sensacion de respeto al artistas y su composición, no se si sera coinsidencia; talvez no conocer el sistema profundamente hace que se tergiverse un poco la información o recepción de esta, pero las salas mas pequeñas, menos ostentosas, eran las que privilegiaban el arte contemporáneo, de artistas mas jóvenes y experimentales. Por otro lado habían galerias con piezas que son parte del imaginario colectivo, en lugares ostentosos. Entonces te preguntas inevitablemente que es mas importante, que exista el lugar, que por cierto es importante, o la exposición, el trabajo de curadores o artistas exponiendo; por que no quería ver ahí una muestra de Picasso, o seguir viendo obras de los padres del Pop Art, ya lo he visto demasiado en este viaje y no me voy a cansar de verlas, pero siento que se lucen mucho más en los museos que en esas galerías que representan, para mí, todo lo reprochable de los circuitos privados y comerciales de Arte, al menos en esta ciudad, donde tu esperas que los epacios de difusión y comercialización trabajen con artistas que no están en los Museos, que trabajen con mayor creatividad, que puedan sustentarse sin querer ser el hermano envidioso de las instituciones.

1 comentario:

  1. claro...como el hermano chico que hereda la ropa que ya no usa el grande.
    Tooooooda la razón

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