De a poco me voy sintiendo mas cómoda en esta ciudad, dejo de mirarla con temor, y con ese exceso de respeto que le tenía los primeros días. Voy asimilando los motivos por los cuales estoy acá, aprender de la experiencia creciendo transversalmente, conocer una nueva realidad y nuevas formas en el manejo del arte y de la vida, vivir un proceso creativo y metódico con la escritura y un sin fin de sensaciones que las da el día a día, el estar sola en este universo tan distinto al mío, creo que hay un sano período de adaptación, en el cual no solo impacta la imponente arquitectura y el modo de vivir de su gente y sus costumbres, el metro y nuestros primeros difíciles encuentros. Siento que todo ha ido tan rápido que mi comportamiento y visión sureña van quedando atrás igual de rápido y comienzo de a poco, muy de a poco a soltarme y a vivir la experiencia Apexart.
Hoy tuve un rico almuerzo con ellos, Steven, Cybele y Julia, los sentí cercanos y atentos a mis necesidades, preocupados de que viviera cada día para mi propio crecimiento y desarrollo profesional. Para encontrar nuevos motores que me inspiren en la continuación de mis proyectos en Chile. nuevas redes, ideas y modos de concretar, lo que para nosotros muchas veces es tan difícil , el desarrollo y fortalecimiento del arte y de los artistas, de cada una de las piezas que logran movilizar nuestra cultura local.
Esta residencia recién comienza y rápidamente voy viviendo nuevas aventuras, nuevos aprendizajes, intuyendo que mi autismo tiene los días contados.
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