martes, 5 de abril de 2011


Hoy caminando por el Riverside Park me puse a pensar en ¿hace que un país sea desarrollado? No puede ser sólo por su estabilidad financiera, ni por la mayor cantidad de gente empleada que exista, ni por la cantidad de influencia política y social que tenga con los otros países del mundo. Un país desarrollado también debe serlo por el respeto tácito que se le debe a cada una de sus comunidades, a la gente que habita en él y en cada una de sus ciudades. Yo no sé si los inmigrantes sientan que se les tiene respeto acá, o si el “American Dream” fué mas poderoso y hoy se vive una especie de atochamiento humano, en el que lamentablemente no todos caben.
Sin embargo, atravezando los contrastes de este lindo parque pude reafirmar varias cosas que me gustan y que en mi país no veo, grandes parques abiertos y construidos para todos, gratis y con implementaciones deportivas, recreativas y culturales de primer nivel, con lo cual se le entrega confianza a la comunidad. Se le dice “yo te doy esto para que lo disfrutes y tu lo cuidas por que es tuyo, por que es de todos”.  Recordaba las canchas de cemento construidas junto a los blocks de departamentos en la periferia de Santiago, llenas de basura y en malas condiciones. Recordaba a nuestras comunidades indígenas y todo lo que están haciendo por abolir su cultura, por que definitivamente ni una gota de poder tienen para abolirles. Veía como jóvenes, niños y adultos de distintas clases sociales desarrollaban sus actividades deportivas en armonía y comunión, un ejemplo digno de imitar!
Después, caminado por el parque desde los imponentes monumentos, el paisaje comenzaba a cambiar y los block de inmigrantes se iban transformando en bellos departamentos pertenecientes a la clase mas acomodada de Manhattan, las plazas se llenaban de niños (este país definitivamente está a salvo y las hijas de Obama pueden respirar tranquilas) y las comunidades latinas, asiáticas y norte americanas, comenzaban a interactuar, los colores y acentos se mezclaban en el espacio público generando una armonía inusual. Bajo este escenario pensé que es ahí donde está el desarrollo, en la seguridad y la confianza que se le tiene la comunidad. La capacidad que tiene cada una de las personas de convivir en armonía, con respeto a la integridad  de cada uno de los que habitan el espacio público. 

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